El primer caso documentando de una posible transcomunicación tuvo lugar en el año 1848 en una pequeña localidad del estado de Nueva York llamada Hydesville, donde residían las Hermanas Fox. Estas hermanas registraban raps (sonidos similares a un golpe) en las paredes y al parecer se trataba de un hombre que había fallecido tiempo atrás. Dichos raps contestaban de manera lúcida a sus preguntas ( por ejemplo dando los golpes correspientes en número a sus edades), he incluso llegaron a crear un código alfabético.( un golpe sería la A, dos golpes la B y así sucesivamente). Dicha inteligencia comunicó a estas hermanas el lugar donde reposaba, y no era ni más ni menos que el sótano de la casa Fox, hecho que quedó demostrado tras una excavación. Años después se retractaron de todo lo anterior comentado, quizás forzadas a hacerlo por la puritana sociedad estadounidense de la época. Hay que destacar que nos encontramos ante un tipo de comunicación no instrumental, ya que como usted podrá imaginar, en los años que nos estamos moviendo no existían los avances técnicos capaces de "inmortalizar" los sonidos en registros magnetofónicos, pero aún así es el primero en alcanzar una cierta popularidad y despertar el interés entre la población.Este caso, causó gran repercusión mediática en los Estados Unidos y nació el denominado "espiritismo de salón", en el que mesas parlantes, mediums, ectoplasmas y comunicaciones llegadas del otro lado de la muerte inundaban pequeñas sociedades espiritistas.
A finales ya del siglo XIX, en pleno apogeo del desarrollo tecnológico de la época surge el nombre de uno de los grandes inventores de todos los tiempos: Thomas Alva Edison. Seguramente usted ya conozca algunos de sus inventos, pero entre los más importantes cabe destacar el gramófono, fonógrafo, las pilas alcalinas y el perfeccionamiento de la bombilla entre otros. Pero lo que poca gente sabe es que este magnánimo inventor trabajó durante años en la creación de un aparato para poder comunicarse con seres ya fallecidos. Incluso su rústico fonógrafo registro (según él) voces de personas que se identificaban como fallecidas, apuntando todo esto en diferentes anotaciones y afirmándolo a la luz pública en 1920 en la "Scientific American" causando una gran sorpresa entre los científicos de aquellos años.
Otros inventores como Marconi (telégrafo) o Bell (teléfono) también afirmaron haber recibido mensajes de naturaleza desconocida y que se identificaban como personas muertas, sin poder darlas una explicacion medianamente razonable.
Posteriormente nos encontraremos con casi medio siglo de silencio, en cierta medida provocado por el desconocimiento y la falta de aceptación de este tema. Aún así en 1951 el ingeniero norteamericano John Otto pudo recoger unas inquietantes emisiones en su equipo de radioaficionado. Investigándolas a fondo, este ingeniero afirmó que podían tratarse de voces que no estuviesen en nuestro plano o dimensión, por lo tanto no terretres. Este mismo año el alemán Karl Hinstman también registró grabaciones en cintas magnetofónicas de procedencia totalmente desconocida.
En septiembre de 1952 los sacerdotes Gemelli y Ernetti, en colaboración con el psicólogo alemán Ernest Seenkowsky, profesor de la Universidad de Maguncia, registraron en el Instituto del Sagrado Corazón de Milán las supuestas voces del recientemente fallecido padre de Ernetti mientras insonorizaban cantos gregorianos en un antiguo magnetófono de cable.
Pero la fecha detonante en la TCI sería el 12 de Junio de 1959 y un nombre: Friedrich Jürgenson.
Jürgenson era un hombre polifacético: cantante de ópera, pintor, productor cinematográfico y dentro de lo que nos atañe fue el primer hombre en exponer públicamente sus investigaciones dentro de la TCI y someter dichos registros a un análisis minucioso y detallado. En la fecha indicada mientras se encontraba insonorizando el canto del pinzón en un bosque cercano a la localidad de Mölnbo (Suecia) registró diferentes voces en su magnetófono REVOX. Pensó a priori que se trataba de voces provocadas por personas que estuviesen cerca del lugar, quitándolas cualquier importancia o transcendencia. Lo curioso vino después: nuevamente, mientras insonorizaba el canto de las aves registró otra vez voces desconocidas, en este caso las de su madre que llevaba años muerta. Además pudo identificar el mote cariñoso con el que su madre se dirigía a él.. A partir de ese momento Jürgenson comenzó una exhaustiva labor investigadora, lo que le llevó a sugestionarse e incluso a desestabilizar su estado anímico, por lo que tuvo que estar un tiempo apartado de toda actividad, ya que terminó escuchando voces por todos lados.
Recuperado de esta convalecencia compartió su experiencia en la TCI con investigadores de gran renombre como Hans Bender o Konstantin Raudive.
Jügerson también fue el pionero en la utilización de la radio como método apropiado para la transcomunicación, incluso una longitud de onda utilizada por él en sus investigaciones lleva su nombre: la denominada Onda Jugerson en 1450 Khz.
Otro gran investigador de este fenómeno fue el anteriormente citado Konstantin Raudive,psicólogo, filósofo y escritor letón (fue el primer escritor en traducir el Quijote al letón). Su comienzo con la TCI fue puramente casual: cierto día antes de salir de su domicilio dejó el magnetófono en rec si darse cuenta de este hecho. Al regresar a su casa y escuchar lo grabado quedó sorprendido al percibir unas palabras, a su juicio pronunciadas por su madre ya difunta.. En 1965 Raudive visitó a Jügerson para analizar y comentar los registros obtenidos por ambos y desde ese momento comenzaron una andadura juntos en busca de una explicación para estas voces. Al final de su vida, en 1974, Raudive había reunido más de 70.000 registros sonidos de naturaleza desconocida, minuciosamente examinados y constatados.
Posteriormente, en la década de los 70 y 80 surgirán grupos investigadores principalmente en Centroeuropa , tales como la famosa "Estación de Luxemburgo", las experimentaciones de Hommes Malkhoff, del italiano Marcello Bacci ( promotor de la videoimagen), Otto Koning en Alemania y un largo grupo de personas movidas por esa necesidad de buscar un razonamiento sea de la índole que sea.
Por último reseñar a dos grandes figuras de la TCI en España: el archiconocido Germán de Argumosa y el catalán Sinesio Darnell.
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